Estoy casi seguro que todos quienes me han seguido en redes sociales, saben de mi fascinación por Buenaventura, el mar de los vallecaucanos. Hace más de 12 años, la vida me llevó allá por primera vez gracias a un trabajo en el que tenía que estar en este territorio entre una y dos veces al mes durante dos años. Fue quizás, una de las experiencias de trabajo más enriquecedoras y sobre todo, una que me dejó marcado.
Empecemos por decir que, jamás debemos comparar o referir que unas playas o territorios son mejores que otros, cada lugar es único y hace parte de un conjunto que forma un todo; un ecosistema con sus propias riquezas y particularidades. Buenaventura al igual que la mayoría del Pacífico colombiano, cuenta con playas de arena gris producto del origen volcánico de su lecho marino, a diferencia de la referencia de playas blancas y amarillas que las personas tienen en su imaginario, que son producto de arrecifes de coral muertos, piedras calizas y otros minerales que predominan en la geología de sus territorios. Ah, un dato importante es que Buenaventura hace parte del ecosistema de “Chocó biodiverso”, uno de los más pluviosos del mundo, no se asuste si ve que llueve mucho, la lluvia no es un impedimento para disfrutar de la zona.
Buenaventura es la ciudad más grande del Pacífico colombiano, si bien no es la única, si es la mejor conectada con el resto del país a través de carretera hacia Cali y el interior del país, aeropuerto y su muelle, tiene conexión a todo el litoral. Recomiendo que se tomen al menos tres días y dos noches para un primer disfrute, déjese sorprender y disfrute de un ecosistema verde, donde el mar se funde con la selva, donde los acantilados y sus cuevas son protagonistas del paisaje, donde las ballenas tienen su hogar una vez al año y donde se come bien; muy bien; todos los días.
Las playas más reconocidas de Buenaventura son Ladrilleros, La Barra, Juanchaco, la Bocana, Piangüita y playa Juan de Dios. Debes saber que, para llegar a cualquiera de ellas, es preciso llegar al único embarcadero autorizado; el muelle turístico. Si van en auto particular, recomiendo que dejen el vehículo en los parqueaderos de la zona hotelera y luego se dirijan caminando al muelle. Si van en bus, pueden caminar desde el terminal unos 10 minutos.


El Plan
El plan que les recomendaré aquí, incluye las playas de Juanchaco, La Barra, Ladrilleros y Juan de Dios. Procuren tomar la lancha de las 09:00 para que luego de una hora de viaje (aprecien el paisaje del margen derecho del trayecto, acantilados de más de 7 metros de altura) en dirección al norte, desembarquen en el muelle de Juanchaco, normalmente recomiendo el hospedaje en Ladrilleros, por lo que una vez desembarquen, deben tomar un mototaxi con dirección a la comunidad de Ladrilleros ($ 7.000 cop – 1,8 USD). Una vez instalados, los invito a disfrutar de las playas del sector, de dejarse encantar por su gastronomía y si les va bien con los deportes, pues hasta pueden tomar una clase de surf con la escuela de Surf House. Si tienen tiempo, les recomiendo que tomen un tour a uno de los manglares.
El día dos, recomiendo que tomen un tour que los lleve a la cascada la sierpe, playa Juan de Dios, playa dorada, playa chucheros y las tres Marías, un plan que dura cerca de 8 horas en una exposición directa al sol, protéjase con sombreros, gorras y ropa útil para el mar. Si tiene suerte, verá delfines en la entrada de la bahía málaga, si es temporada de ballenas, podrá avistarlas en el mismo tour. Estoy seguro que la entrada del mar a la bahía Málaga, es uno de los paisajes más maravillosos que jamás he visto, gracias a la selva que le circunda, el mar en esta zona toma tonalidades verdes y es absolutamente sereno.
El tercer día, recomiendo una caminada hacia la playa de La Barra, si el mar está en bajada, pueden hacerlo a través del borde de playa, si no, deben ir por la trocha. Esta playa es quizás una de mis playas favoritas, es un bloque (barra) de arena que separa al mar del manglar, el caserío se ha visto afectado a través de los años por las “subidas” del mar, lo que ha hecho que la población se desplace hacia las zonas altas, sin embargo, la mayor parte del año, el mar y la playa se encuentran aptos para el disfrute de turistas. Es allí, donde la arena del mar se empapa de agua y la retiene al punto de convertirla en un gran espejo que parece unir el cielo y la tierra. Algo que no deben dejar de hacer, es visitar en La Barra el restaurante de la señora Ola, es quizás mi cocina favorita en todo el Pacífico.
Para finalizar, sugiero que reserve su cupo en la lancha de regreso con tiempo, hay lanchas de regreso a Buenaventura a las 13:00, 14:00 y 16:00.







